A propósito de la visita de Audrey Tang el 27 de junio de 2024 a una charla organizada por la Fundación Pivotes, revisamos el concepto que junto a Glen Weyl desarrolló para dar impulso a una nueva forma de gobierno abierto, donde las instituciones democráticas cuentan con mejores herramientas en línea para acercar las decisiones a los ciudadanos.
DEMOCRACIA DIGITAL, DEMOCRACIA, POLITICAS PUBLICAS ASIA PACIFICOA propósito de la visita de Audrey Tang el 27 de junio de 2024 a una charla organizada por la Fundación Pivotes, revisamos el concepto que junto a Glen Weyl desarrolló para dar impulso a una nueva forma de gobierno abierto, donde las instituciones democráticas cuentan con mejores herramientas en línea para acercar las decisiones a los ciudadanos.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Una nueva forma de percibir y actuar plantea el concepto de Democracia Digital, desarrollado luego de las acciones del movimiento de los girasoles en Taipei. La transmisión en vivo de debates y la discusión masiva en foros sobre políticas son parte de los planteamientos de este modelo que busca expandir las libertades y la confianza a través de la transparencia. Más detalles de este planteamiento, a continuación.
Participación como forma de validación
El concepto de democracia digital no fue resultado de un mero proceso creativo en la academia, sino parte de uno de los períodos más significativos en la historia reciente en Taipei. En 2014 cientos de estudiantes conformados en el “movimiento de los girasoles” ocuparon la legislatura de Taiwán durante 23 días para manifestarse en contra de la propuesta de un acuerdo de libre comercio con China.
Durante este tiempo, Audrey Tang quien hasta ese momento era una simple hacker, se involucró activamente en las movilizaciones para transmitir las protestas y las discusiones que se produgeron en las asambleas. El objetivo de esta acción no solo contribuyó a dar a conocer las acciones durante la movilización, sino también a que los girasoles obtuviera una victoria política en el Parlamento, logrando que el acuerdo no se aprobara.
Pero más aún, las protestas y el involucramiento de hackers como Tang, permitieron la transformación del movimiento de los girasoles en el llamado “g0v” (se pronuncia gov cero). Se trata de una plataforma en línea en la que se discuten temas de políticas e incluyen herramientas de sondeos de opinión llamada Pol.is, con la capacidad de convocar a miles de participantes a votar por distintas alternativas de políticas, lo que generó mapas de opiniones para facilitar discusiones y generar consensos.
Un artículo de Nick Aspinwall en The Daily Beast comenta que esta experiencia llevó a que Audrey Tang llegara a ser la primera persona en ocupar el cargo de ministra de Asuntos Digitales el año 2016. Su primera acción fue resolver el impasse entre Uber y los taxis, pero también a presentar docenas de recomendaciones a la regulación de ventas de alcohol en línea, demostrando que las herramientas digitales son un arma poderosa en contra de la polarización, pero también una forma de comprometer a los ciudadanos con sus decisiones.
Entre las declaraciones hechas en aquel entonces por Tang, destacaron que se pueden aprovechar los peores aspectos de Internet para crear espacios de encuentro, consenso y promover la innovación en la toma de decisiones. Estas son parte importante del eje troncal del concepto de Democracia Digital.
Democracia digital en perspectiva práctica y teórica
Toda esta trayectoria y su producción teórica está contenida en el libro Plurality, donde se describen otras iniciativas de gobierno abierto como el portal de participación join.gov.tw -y la mencionada plataforma g0v (gov-cero)- que fomentan la colaboración ciudadana en la verificación de hechos, asignación de presupuestos y creación de regulaciones. Estas herramientas han contribuido a combatir la desinformación y a fortalecer la transparencia en los procesos políticos.
Sin embargo, el libro -escrito en coautoría con Glen Weyl de la Fundación RadicalxChange- van más allá de la descripción de iniciativas y recomiendan que para lograr una democracia digital efectiva a nivel global, es fundamental desarrollar infraestructuras digitales que sean interoperables y que garanticen servicios equitativos para todos. Además de abordar el desafío de preservar la integridad de la información frente a amenazas como los Deepfakes para mantener la seguridad semántica en la era digital.
Asimismo, los autores proponen que el avance hacia una democracia digital inclusiva y empoderadora requiere de la colaboración de distintos actores como empresas, gobiernos locales, universidades y organizaciones de la sociedad civil. Esta alianza consigue la conformación de un enfoque integral y de trabajo colaborativo para crear las bases de una transformación significativa de la democracia que no solamente fortalece la estabilidad, sino que también propende a la prosperidad y bienestar de la humanidad.
Ello porque a diferencia de las democracias tradicionales que dependen principalmente de procesos como el voto ocasional y las peticiones mediante procesos institucionales o de movilización social, la democracia digital busca integrar a la ciudadanía y sus demandas mediante herramientas de comunicación instantánea, la retroalimentación constante y la inclusión digital en los procesos que apuntan a mejorar la calidad de vida de las personas. De hecho, en la medida en que las personas tengan la percepción de que las decisiones que las involucran se formulen en un marco de transparencia y donde toda la información sea accesible y permanentemente disponible para los ciudadanos, la percepción de bienestar es mayor.
De esta manera, la transparencia en los procesos y una mayor convocatoria a participar en la toma de decisiones hace también que los participantes se sientan parte de un intercambio colaborativo que fortalece los valores democráticos y mejora la resiliencia social. No obstante, los autores van más allá de la transparencia y señalan que la participación en las decisiones para que sean realmente democráticas deben hacerse persiguiendo objetivos de interés público, es decir, no solamente dando a las personas los medios para facilitar su participación en el proceso de toma de decisiones, sino dándoles a comprender los objetivos superiores que persigue el gobierno.
A tal efecto, resaltan la importancia de crear un sistema de cognición social que sea abierto y no dogmático. Esto permite la expresión de talentos sin temor a la comunicación, asistido por tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y comunidades transfronterizas como Wikipedia.
En una próxima nota publicaremos parte de la conferencia que Audrey Tang dictará junto a Glen Weyl este jueves 27 de junio en Santiago.
Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl
Comentarios
NOTA: como parte de su misión de promover el debate informado, respetuoso, tolerante e inclusivo, que permita vincular la labor de nuestro Congreso Nacional con la ciudadanía, la BCN se reserva el derecho de omitir comentarios y opiniones que pudieren afectar el respeto a la dignidad de las personas o instituciones, en pos de una sana convivencia democrática.