Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 43
- Celebrada el 31 de agosto de 1971
- Legislatura Ordinaria año 1971
Índice
El señor
En esta sesión también quiero referirme a una carta que me han enviado las personas más destacadas e importantes de Ancud, tanto por los cargos que ocupan como por su calidad personal, relativa a un discurso que pronuncié en el Senado.
El Senador que habla cree que cuando un parlamentario, representante del pueblo, afirma en esta Corporación cosas que no corresponden a la realidad, no tiene por qué negarse a reconocer sus errores públicamente, ya que públicamente los cometió.
Antes de referirme a dicha carta, que daré a conocer al Senado, debo decir que en sesión del 28 de julio aludí a ciertos hechos que se estaban produciendo en la provincia de Chiloé y, en especial, en la ciudad de Castro, respecto del traslado a Ancud -según me informaron- de distintas jefaturas de oficinas locales y que yo llamé equivocadamente jefaturas zonales.
En ese discurso -que tengo a la vista- emití conceptos que daban a entender que el departamento de Castro era más importante que el de Ancud, e incluí como parte del primero no sólo a la ciudad del mismo nombre, sino a ciudades de los alrededores, y mencioné al departamento de Quinchao, que, como todos sabemos, abarca numerosas islas que están más cerca de Castro que de Ancud.
El error que cometí ha motivado cierta reacción de los ciudadanos de Ancud, molestos por hechos que yo mencioné y que no corresponden exactamente a la realidad concreta de ese departamento.
Los conceptos que emiten al final de la comunicación mencionada, me obligan a ser veraz. Ellos son muy generosos con el Senador que habla, ya que terminan expresando: "Por lo demás, Ancud no desconoce las leyes de que usted es autor ni los beneficios que ellas reportan a esta provincia".
En efecto, al dar esta explicación, quiero recordar -y es el momento de hacerlo- algunas leyes que impulsé en la Cámara, en mi último período como Diputado por Santiago, y otras que impulsé posteriormente en el Senado de la República, que, a mi juicio, abren a la provincia de Chiloé grandes perspectivas de estudio y desarrollo y de redescubrimiento de sus riquezas y de sus bellezas naturales, tan atractivas para el turista.
Antes de tener el honor de ser elegido Senador por Chiloé, Aisén y Magallanes, en el año 1968, con parlamentarios del Partido Demócrata Cristiano, presentamos un proyecto que creaba la Corporación de Magallanes y los Institutos COR-
FO de Aisén y de Chiloé. Sin faltar a la verdad, puedo decir que fui el motor vivo que convirtió en ley dicha aspiración.
El espíritu fundamental del proyecto era dar autonomía al Instituto CORFO-Chiloé, cuya dirección estaría a cargo de personalidades y representantes de las fuerzas vivas de la ciudadanía de esa provincia, con facultades para estudiar su desarrollo y economía, a fin de que mediante sus mejores valores, se estudiara cómo sacar adelante la economía de Chiloé, descubrir sus riquezas, multiplicarlas y colocarlas al servicio de sus habitantes y de todos los chilenos.
La ley que creó el Instituto CORFO-Chiloé, además de darle autonomía, entregó la dirección de ese organismo a los mejores elementos de la provincia, y estableció una política de radicación industrial, de franquicias y exenciones tributarias, para impulsar la instalación de nuevas industrias en la provincia. Además, la ley daba recursos al Instituto CORFO-Chiloé y le permitía destinar hasta el 10% de su presupuesto a obras sociales (clubes deportivos, centros de madres, cuerpos de bomberos, obras comunitarias, clubes aéreos, etcétera).
Según la visión que tenía el Senador que habla, los ingresos del primer año debían ser suficientes como para permitir estudiar y desarrollar la economía de la provincia. Al poco tiempo de vigencia de la ley, me di cuenta de que los recursos asignados resultaron ser insuficientes para tal finalidad. Por eso, en mayo de 1969, apenas me incorporé al Senado de la República, inicié un proyecto de ley tendiente a dar más beneficios a dicho instituto, o sea, a la provincia de Chiloé, y, como lógica consecuencia, al departamento de Ancud, capital de la provincia.
Dicho proyecto tenía entre sus objetivos fundamentales, el de aumentar los ingresos para ese instituto. No es el momento de recordar las batallas que di en el Parlamento, e inclusive con el Gobierno de la época, para obtener que el impuesto a las compraventas que se recauda en la provincia de Chiloé y parte del impuesto a la bencina que se consume en todo el país fueran a incrementar los fondos del Instituto CORFO-Chiloé.
Si se cumplieran en su totalidad las leyes que benefician a dicho organismo, hoy tendría un ingreso mínimo de 30 millones de escudos anuales, que aumenta cada año en proporción al alza de los precios de los artículos afectos al impuesto a la compraventa, de los artículos importados y del precio de la bencina.
Además, como en virtud de la ley Nº 16.813, que fue la que creó el Instituto CORFO-Chiloé, los cinco jefes zonales eran consejeros por derecho propio no obstante tener su residencia en Llanquihue, la ley Nº 17.275, originada en el proyecto a que me referí recientemente y del cual fui autor -sirva esto de testimonio de mi aprecio por Ancud- subsanó dicha anomalía, estableciendo que los jefes provinciales tendrían el carácter de jefes zonales para los efectos de ser consejeros, exigiéndoseles tener residencia en Ancud, a fin de que así se cumpliera íntegramente el propósito del Senador que habla en el sentido de que el Instituto CORFO-Chiloé fuera dirigido por ciudadanos con residencia en la provincia.
Como otra prueba de mi respeto y aprecio por Ancud, en un artículo de la ley recién mencionada logré que se gravaran los mariscos, producto de gran exportación de la provincia de Chiloé. Esto, en especial, favorece a Ancud, capital de la provincia de Chiloé, ya que esos ingresos son para la Municipalidad de Ancud.
Después, en un proyecto que se transformó en la ley 17.382, de que también soy autor, me preocupé de que se gravara con 8% la venta de las mercaderías que se importan por Chiloé, y de que los ingresos pertinentes se distribuyeran entre las municipalidades de la provincia, correspondiendo también un porcentaje importante a Ancud.
En la misma ley obuve que se entregaran recursos a Chiloé para los caminos transversales, para los clubes aéreos, para los cuerpos de bomberos, lo que siempre favoreció en mayor proporción a la Municipalidad de Ancud, al departamento de Ancud, capital de la provincia.
También en ese texto legal me preocupé de algo que considero fundamental: establecer una política naviera, consignando beneficios y exenciones tributarias a las empresas del rubro que transporten personas o mercaderías entre Chiloé, Aisén y Magallanes, como igualmente para los buques o "ferry-boats" que cumplan esa labor en el canal de Chacao; es decir, entre Pargua y Achao.
Doy estas explicaciones para demostrar que siempre me he preocupado realmente por los intereses de Chiloé y, en especial, de Ancud.
Señor Presidente, deseo aclarar que los errores que, de acuerdo con la carta que me enviaron los ciudadanos de Ancud y que en seguida leeré, cometí al pronunciar mi anterior discurso, se debieron a informaciones erradas que me dieron, sin lugar a dudas sin el ánimo de faltar a la verdad, sino por simple equivocación.
Leeré la carta, fechada el 8 de julio -que tiene tantas firmas y de personas tan importantes de la provincia-, porque no quiero eludir mi responsabilidad porque sería una falta de consideración mía no hacerlo, aparte que mi discurso anterior fue publicado in extenso en "El Mercurio" por el Senado. Además, si no leo toda la carta, aparecería evadiendo mi responsabilidad de informar a la provincia, e inclusive a la Corporación, de errores que cometí en un discurso que pronuncié.
Quisiera saber cuántos minutos me restan, señor Presidente.
El señor
Treinta y seis minutos, señor Senador. Seis corresponden al primer tiempo cedido, y el resto al del otro Comité.
El señor
Muchas gracias.
El texto de la comunicación es el siguiente:
"Ancud, 14 de agosto de 1971.
"H. Senador
"Don Alfredo Lorca V.
"Santiago.
"De nuestra consideración:
"Nos permitimos molestar su atención al hacerle llegar algunas consideraciones relacionadas con el discurso pronunciado por Ud. en el Senado de la República, el día 28 de julio recién pasado, en el cual se refirió a Ancud y Castro.
"Queremos dejar constancia de que en numerosas ocasiones hemos guardado silencio ante problemas locales; pero en esta oportunidad, lo manifestado por Ud. nos obliga a levantar nuestra voz y expresar nuestro malestar, porque dichas afirmaciones las consideramos parciales e inexactas.
"Además, nos preocupa la información entregada, porque ha sido ampliamente difundida y dada a conocer en el Senado, tribuna a la cual todos respetamos, pues en ella se han generado leyes que favorecen a nuestra provincia.
"Nosotros hemos estado ajenos, como dijimos más arriba, a todo movimiento localista, porque abrigamos el convencimiento de que es de mayor interés el desarrollo de Chiloé y la solución de sus grandes problemas, que los tratados en su intervención, a los cuales nuestra condición nos obliga abordar.
"Con todo, la presente declaración no significa, en modo alguno, que el Pueblo de Ancud esté en pie de guerra, sino que es el proceder de una reacción espontánea de un Pueblo amante de la justicia, anhelante de progreso y que sabe sufrir en la adversidad."
En esta parte deseo hacer un paréntesis para formular una aclaración.
Efectivamente, yo empleé las expresiones "la ciudadanía de Castro está en pie de guerra", como producto de una información que se me proporcionó. Pero al hacerlo no se me pasó por la mente -tendría que haber estado muy equivocado para pensarlo-, la idea de que fuera necesario una discrepancia entre esas dos ciudades para poder levantar la provincia. Comprendo que la expresión fue poco feliz. Creo que ningún habitante de Chiloé ni de ninguna comuna está en pie de guerra contra otras.
Continúo leyendo la nota:
"Señor Senador, entre sus primeras expresiones vertidas en el Senado, hay algunas como éstas: "sucede que las Autoridades Provinciales han estado trasladando a Ancud las Jefaturas Zonales de varios servicios que se hallaban en el Departamento de Castro".
"Ancud se extraña profundamente por estas aseveraciones de Ud., señor Senador, pues ni las autoridades provinciales, ni los Jefes de Servicios, ni el pueblo tienen conocimiento de que se estén haciendo estos traslados.
"Más adelante Ud. agrega: "Las Autoridades han querido trasladar las siguientes Jefaturas de Servicios desde ese Departamento (Castro) a Ancud."
"H. señor Lorca, nos vemos en la necesidad de volver a expresarle nuestra extrañeza por el hecho de que Ud. acaba de decir que las Autoridades "han estado trasladando Jefaturas Zonales de varios," y ahora manifiesta que las Autoridades "han querido trasladar"...
"Acerca de este punto, como dato ilustrativo, estamos en condiciones de entregar informaciones que prueban precisamente lo contrario de lo afirmado por Ud. en el Senado, como las siguientes:
"INDAP funcionaba en Ancud, como Oficina Provincial, habiendo sido trasladada de esta ciudad a Castro; la Jefatura del Registro Civil también fue llevada de Ancud a Castro; el Banco Central de Chile, creado en Ancud, por Ley 12.008, más tarde fue trasladado a Castro; la Aduana Mayor corrió igual suerte que el Banco Central.
"Luego Ud., señor Senador, continúa: también se trasladaron a Ancud las Oficinas del SAG., de CORA, de IFOP y de ODEPA, con categoría de Zonales.
"Ante esto que Ud., señor Lorca, enfatizó en la Cámara Alta, sólo atinamos a manifestarle nuestra sorpresa, pues dichas zonales, hace muy pocos meses, han sido creadas para la provincia de Chiloé, y con ello no se ha hecho otra cosa que elevar de categoría Jefaturas ya existentes en Ancud.
"Mal pudieron, entonces, haberse trasladado de Castro a Ancud, pues tales zonales no existen ni han existido en Castro.
"Y continúa Ud. su intervención, cuando habla del "fundamento económico de la Provincia" y dice que este fundamento está, precisamente, en Castro.
"Para demostrar su tesis, Ud. acota, como ejemplo, el movimiento bancario; y sobre el particular, afirma que aparte de lo que se le informó, durante su visita a la zona, pudo comprobar que "en Ancud sólo existe una sucursal del Banco del Estado".
"Al respecto, decimos lo siguiente:
"1.- La Sucursal del Banco Osorno y la Unión, en Ancud, atiende a sus clientes desde el año 1965;
"2.- Los depósitos, al 30 de junio del pte. año en Ancud no han alcanzado solamente a la cantidad de Eº 15.675.713, como Ud. afirma señor Senador, sino que a Eº 29.800.000."
El señor FERRANDO (
¿Me permite, señor Senador? Ha terminado el tiempo que le cedió el Comité Socialista. Puede continuar en el del Social Demócrata.
El señor
Muchas gracias, señor Presidente.
En el punto 3º, me expresan lo siguiente:
"Según sus propias expresiones, señor Senador, a igual fecha, los depósitos de las Sucursales de Bancos existentes en Castro, Chonchi, Quellón y del departamento de Quinchao totalizan la suma de Eº 29.915.579.
"4.- No entendemos por qué un Departamento distinto, como es Quinchao, tenga que ser capitalizado por Castro, ni tampoco por qué localidades importantes como Chonchi y Quellón estén apareciendo en la información por Ud. recibida como que no tuvieran vida propia, sino que siempre aparecen como absorbidas por Castro.
"A continuación viene algo que Ud. califica de más grave, cuando se refiere al Banco Central de Chile, en Castro, y observa las distribuciones de las divisas.
"En este sentido, las cifras dadas a conocer por Ud. distan mucho de la realidad. De allí que nos veamos en la necesidad de aportar datos oficiales, entregados por la propia institución bancaria, que son las siguientes:
"Aprobaciones para Castro US$ 1.385.000 "Aprobaciones para Ancud US$ 764.000
"También señor Senador, Ud. habla de la atención a agricultores, por algunas oficinas, pero no logramos entender lo que realmente quiere decir, al respecto. Lo único que sacamos en limpio es que en Ancud hay que atender o han sido atendidos 2.365 agricultores; en segundo lugar está Quinchao, con 2.331; en tercer lugar Chonchi, con 1.710 y en el último de lugar (cuarto), Ud. hace aparecer a Casto con 1.700.
"Señala, también señor Senador que; "la producción de papas, remolacha y la explotación pesquera y ganadera se desarrollan en torno a la ciudad de Castro".
"Queremos contestarle, por parte, Sr. Senador:
"a) Explotación pesquera.
"Los hechos demuestran lo contrario de lo que Ud. dice, pues los lugares en "torno a la ciudad de Castro", no son los más favorecidos para la explotación pesquera, salvo Putemún.
"Así, es bien sabido que las apetitosas ostras se encuentran en Ancud, como también se hallan estaciones ostrícolas junto a Islas del Departamento de Quinchao, con semillas llevadas de Ancud. Por otra parte, se creó la estación de Hueihue, dentro de la comuna de Ancud y de igual modo, también en torno esta ciudad, varios criaderos particulares de ostras.
"Y acerca de lo mismo, "explotación pesquera", quizás menos sabido, pero sí muy real, es el hecho de que en 1968, se extrajeron 2.500 toneladas de gracilarias (algas de muy subido precio), del golfote de Quetalmahue y río Pudeto, en Ancud, habiendo sobrepasado, esta cantidad la cuota de exportación fijada por el Banco Central.
"Las almejas extraídas de la bahía de Ancud y río Pudeto son transportadas diariamente, en grandes cantidades, a Santiago y otros centros de consumo.
"Otras especies de mariscos son sacados, también, en abundancia, del canal Dalcahue (departamento de Ancud) ; de Melinka y Quellón; de Compu (entre Queilén y Chonchi) ; Achao y playas del departamento de Quinchao; Quemchi y Lliuco (departamento de Ancud).
"b) Ganadería.
"Para nadie es desconocido que el potencial ganadero de la provincia de Chiloé está en el departamento de Ancud, donde se hallan la casi totalidad de los criaderos de ganado fino inscrito; de donde han salido ejemplares que han obtenido el ansiado Champion, compitiendo con todo el Sur de Chile, en exposiciones, como la SAGO de Osorno, SAVAL de Valdivia y SOFO de Temuco. Los criaderos en referencia han dado pie, durante medio siglo, a la realización en Ancud, de más de veinte exposiciones agropecuarias oficiales, muchas de las cuales han contado con la presencia del Presidente de la República, de Ministros de Estado y otros altos personeros de Gobierno, y han merecido elogiosos comentarios, no sólo de las autoridades visitantes, sino de expertos en el ramo, tanto nacionales como extranjeros.
"También se sabe que el alto porcentaje de la masa ganadera está en el departamentó de Ancud, seguido por la comuna de Chonchi. Tampoco constituye novedad decir que la producción lechera de la provincia se halla de manera principal, en el departamento de Ancud, la cual, en gran parte, es entregada a la planta lechera de esta ciudad; planta que no ha podido absorber, en los meses de verano, toda la provincia.
"c) Papas.
"Si bien es cierto que: "en torno a la ciudad de Castro", hay cultivo de papas, no es menos verdad que este tubérculo es característico de toda la provincia, pues nadie desconoce la gran cantidad que se cosecha en la comuna de Chonchi, Puqueldón, en Dalcahue, Quenac, etc.
"Remolacha.
"Sobre el particular, creemos que hay unanimidad de pareceres en cuanto a que el único Departamento que se destaca en Chiloé, en el cultivo de este rubro, es el de Quinchao y que su rendimiento ha significado distinciones especiales para varios agricultores.
"Y para terminar, H. Senador, le decimos que hemos creído conveniente enviar-le éstas nuestras expresiones para cumplir con un deber de justicia reclamado por Ancud y además, porque así lo exigía nuestra propia conciencia.
"Por lo demás, Ancud no desconoce las leyes de que Ud. es autor ni los beneficios que ellas reportan a esta Provincia.
"Saludan muy Atte. a Ud."
Esta comunicación está firmada por el Alcalde, señor Domingo Cárdenas Marín, y por los regidores señores Germán Mon-tealegre Mucke, Yolanda Ule Subiabre, Julio César Sanzana Otey, Luis Oyarzún Vidal, Orlando Gesell Gómez, Raúl Arturo Faulbaum Prez, Francisco Ugalde Vargas, Humberto Gilchrist Saavedra. Ade-más, suscriben los siguientes representan-
tes por las instituciones que se indican: por el Cuerpo de Bomberos, don Humberto Bahamonde N.; por el Club de Leones, don Sergio Villalobos; por el Club Rotary, don César HermosiHa; por la Cámara de Comercio, señor Humberto Mansilla; por el Coro Polifónico, señor Mario Peña M.; por ANEF, señor Ismael Ampuero; por el Club de Huemules, señor Héctor Traut-man V.; por la CUT, señor Pedro Campo; por el Centro de Artes Plásticas, señor Francisco Carrillo M.; por CEMA, señora Pilar Bravo de S.; por la Asociación de Boys Scout, señor Mario Gutiérrez; por la Unión Comunal Pobladores, señor Raúl González G.; por SACH, señor Germán Kompartzki; por la Cruz Roja, señora Matilde Bize; por ADEP, señor Elias Chahuán; por el Centro de Alumnos Seminario, don Ciro González; por el Centro de Alumnos Escuela Normal, doña Petronila Yáñez; por el Centro Alumnos El Pilar, doña Luz Gómez; por el Centro Alumnos Liceo, don Claudio Milapichún; por los Trabajadores de la Salud, don Guillermo Gipoulou; por C.J.P.A.L., don No-lasco Yáñez; por el gremio taxistas, don Néstor Yáñez; por el Club de Jardines, doña Marta Trautman; por Pesca y Caza, don Carlos Seitz; por el Museo Regional, don Audelio Bórquez; por la Asociación, de Peluqueros, señor Augusto Ojeda; por el Consejo Local de Deportes, señor Pedro Cherubini; por el Club de Huasos, señor Daniel Marín; por ADEA, señor Ar_ senio Velásquez; por la Asociación de Fútbol, señor Mario Aguila; por la Asociación de Básquetbol, señor Guido Herrera; por el Club Aéreo de Ancud, señor Gustavo Altaner; por Moto Club, señor Felipe Aoun; por la Cooperativa de Pescadores, señor Raúl Huaiquil; por el Centro Filatélico, señor Enrique Caro; por la Asociación Postal Telegráfica, don Jorge Rivera; por CEFA, señor Héctor Morán; y por Abasteros, señor Galo Choloux.
He dado lectura a esta carta con la intención de rectificar los errores que pude cometer en esa intervención relativa a los problemas del departamento de Castro.
Creo que ello -lo digo con toda sinceridad- ha servido, como se me dijo en una reunión que celebramos en la provincia, para despertar a los dirigentes de las fuerzas vivas de la ciudad de Ancud, a fin de que planteen sus problemas con interés y empuje.
Espero que estas palabras mías sirvan para borrar la imagen injusta que los amigos de Ancud se han formado respecto del Senador que habla a través de ese discurso y, además, para retornar la armonía a los habitantes de esas ciudades, con el objeto de que todos, parlamentarios y ciudadanos de Ancud, Castro y de todo Chiloé, trabajemos en conjunto por el porvenir de esa provincia y de sus habitantes.
Nada más.