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Traducido por Sarah Campbell y Marcia W. Coward
Preámbulo
La proclamación de la independencia nacional es uno de los momentos supremos de la historia de la nación caboverdiana, que ha dado lugar a la revitalización de nuestro pueblo, que ha sufrido las mismas vicisitudes del destino pero que comparte la esperanza persistente de crear en estas islas condiciones de vida adecuadas para todos nuestros niños. La independencia también ha permitido a Cabo Verde convertirse en miembro de pleno derecho de la comunidad internacional.
Sin embargo, la afirmación de un Estado independiente no va acompañada del establecimiento de un régimen caracterizado por una democracia pluralista, sino que la organización del poder político está sujeta a la filosofía y los principios de un partido único.
El ejercicio del poder en este marco ha demostrado, a escala universal, la necesidad de introducir cambios profundos en la organización de la vida política y social de esos Estados. Nuevas ideas asaltan el mundo, destruyendo estructuras y conceptos que parecían sólidamente establecidos, cambiando completamente el curso de los acontecimientos políticos internacionales.
En Cabo Verde se anunció la apertura política en 1990, con la creación de las condiciones institucionales necesarias para las primeras elecciones presidenciales y legislativas en el marco de la competencia política.
Así, el 28 de septiembre, la Asamblea Nacional Popular aprobó la Ley Constitucional Nº 2/III/90, que, al revocar el artículo 4 de la Constitución y establecer el principio del pluralismo, creó un nuevo tipo de régimen político.
Concebido como un medio para revitalizar las elecciones democráticas y una transición hacia un nuevo modelo de organización de la vida política y social del país, también estableció un sistema diferente de gobierno y otra forma de sufragio, ante la inminente elección para una nueva asamblea legislativa.
En este contexto, las primeras elecciones legislativas se celebraron en enero de 1991, seguidas de elecciones presidenciales en febrero. La participación de la población en estas elecciones demostró claramente la opción del país en la dirección del cambio de régimen político.
Sin embargo, el contexto histórico en el que, mediante una revisión parcial de la Constitución, los partidos fueron reconocidos como los principales instrumentos para la formación de la voluntad política en el gobierno, ha conducido a una democracia pluralista que sigue funcionando bajo las reglas y principios del régimen anterior .
Sin embargo, la realidad política y social es que el país se encuentra en un proceso de rápida y profunda transformación, con la población y las fuerzas políticas emergentes asumiendo los valores que caracterizan a un Estado democrático, valores aún no reflejados en la Constitución.
Esta Ley Constitucional pretende, por tanto, proporcionar al país un marco útil, en su texto y en su nuevo modelo. La opción a favor de una Constitución con los principios básicos de una democracia pluralista, abandonando otras opciones gubernamentales, proporcionará estabilidad a un país débil en recursos y sucesión política sin agitación.
Asumiendo el principio de la soberanía popular, este texto constitucional consagra un Estado democrático con una vasta lista de derechos, libertades y garantías a los ciudadanos, el concepto de la dignidad del ser humano como valor absoluto que es supremo sobre el propio Estado, un sistema de gobierno con equilibrio de poderes entre las diversas instituciones nacionales, un poder judicial fuerte e independiente, autoridades locales cuyos cargos serán elegidos por las comunidades de las que son responsables, una administración pública al servicio de los ciudadanos y concebida como instrumento de desarrollo, y un sistema de defensa de la Constitución característica de una democracia pluralista.
Por lo tanto, esta Ley Constitucional incorpora los profundos cambios políticos que se están produciendo en el país y fomenta las condiciones institucionales para el ejercicio del poder y de la ciudadanía en un clima de libertad, paz y justicia, base de todo el desarrollo económico, social y cultural de Cabo Verde.