Isabel Cabaña reflexiona sobre la diplomacia pública de Japón y los desafíos de cara a 128 años de relaciones con Chile

En 2025, Japón y Chile celebrarán 128 años de relaciones diplomáticas, un hito que invita a reflexionar sobre el rol de la diplomacia pública en esta vinculación. Isabel Cabaña, académica de la Universidad de Ritsumeikan, se refirió a cómo esta herramienta que supone estrategias de difusión y compromiso que buscan fortalecer las relaciones entre un país y los ciudadanos de otras naciones, puede crear lazos de entendimiento mutuo y respeto.

Japón y Chile: una relación en constante evolución

Desde la década de 1990, Japón ha intensificado su acercamiento a Chile y a la región latinoamericana. “He visto un cambio progresivo hacia un énfasis mayor en la región, por su significancia y potencial económico, pero también por el reconocimiento al valor de las comunidades japonesas y nikkei en países como Brasil, Perú y Chile”, explicó Cabaña. Este acercamiento se ha manifestado en proyectos de cooperación liderados por agencias como JICA, la promoción cultural japonesa y políticas como Working Holiday, que han facilitado el intercambio entre ambos países.

En el caso de Chile, el creciente interés por la cultura japonesa, desde el idioma hasta el animé y la gastronomía, ha jugado un rol importante. Según la académica, “Chile ha sido un actor clave en esta relación, gracias a los movimientos de base que consumen, viven y promueven la cultura japonesa. Esto ha llevado al gobierno japonés a mejorar y diversificar sus canales de comunicación con el público chileno”.

Soft power: la competencia con otros actores asiáticos

La diplomacia pública de Japón ha tenido que adaptarse a la creciente presencia de otros países asiáticos, como Corea del Sur, que han implementado estrategias de soft power -o poder blando- con notable éxito en Chile. “Japón ha reaccionado a esta competencia intensificando sus propios recursos culturales, aunque de forma algo tardía”, comentó la investigadora.

Destacó también el papel de la actual embajadora de Japón en Chile, Ito Takako, quien ha trabajado estrechamente con las comunidades japonesas y nikkei. “Estas comunidades son vistas como ‘embajadores’ culturales que fortalecen los lazos entre Japón y Latinoamérica. La embajadora ha sido clave en promover iniciativas culturales, como el animé, el manga, el turismo y la tecnología, recursos que Japón moviliza para acercarse al público chileno”.

Desafíos y oportunidades en la diplomacia pública

De cara a la conmemoración de los 128 años de relaciones bilaterales, Cabaña identificó varios desafíos. Uno de ellos es ampliar los canales de comunicación, como la exitosa cuenta de Instagram de la embajada japonesa en Chile, y fomentar una diplomacia más inclusiva. “La diplomacia pública debería ser bidireccional, involucrando activamente a las comunidades locales en las actividades de conmemoración y validándolas como actores indispensables en esta relación”, señaló.

Asimismo, remarcó el potencial de los ciudadanos chilenos, tanto nikkei como no nikkei, como promotores de la cultura japonesa. Desde cursos de japonés hasta ilustradores de manga y emprendedores gastronómicos, estos actores no estatales han contribuido significativamente a estrechar los lazos entre ambas naciones. “El desafío está en reconocer y fortalecer este vínculo de colaboración”, concluyó.