Fundamental es a lo menos mencionar, que la evolución de la guerra naval tuvo entre otros momentos decisivos, la Guerra del Pacífico, es decir el enfrentamiento entre Chile y la alianza entre Perú y Bolivia. Más allá de análisis de tácticas y situaciones de cada combate, los estrategas occidentales venían acumulando experiencia desde mediados del siglo XIX.
NoneFundamental es a lo menos mencionar, que la evolución de la guerra naval tuvo entre otros momentos decisivos, la Guerra del Pacífico, es decir el enfrentamiento entre Chile y la alianza entre Perú y Bolivia. Más allá de análisis de tácticas y situaciones de cada combate, los estrategas occidentales venían acumulando experiencia desde mediados del siglo XIX.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Fundamental es a lo menos mencionar, que la evolución de la guerra naval tuvo entre otros momentos decisivos, la Guerra del Pacífico, es decir el enfrentamiento entre Chile y la alianza entre Perú y Bolivia. Más allá de análisis de tácticas y situaciones de cada combate, los estrategas occidentales venían acumulando experiencia desde mediados del siglo XIX. Y si bien aún mantenían ideas geo estratégicas tradicionales, también habían osados planteamientos. Por ejemplo, empezaba a ser aceptada la concepción de una marina pequeña, con navíos independientes, cada uno en sí equivaliendo a una fuerza naval más completa. Tal concepto mezclaba la guerra de corso, la capacidad de ataque veloz y escape igualmente rápido, a la vez del diseño de plataformas navales donde se pudiesen instalar varios tipos de armas. Lo anterior, seguía siendo parte de conceptos nuevos que se combinaban aún con planes tradicionales de una armada oceánica, que desplegase una gran cantidad de buques de tremendo poder de fuego, y asegurar un amplio radio de destrucción . Era la idea de la fortaleza terrestre, trasladada al mar. Y con ese concepto se agredía a una nación lejana, antes de proceder a invadirla.
La marina chilena sacó rápida conclusión de sus logros y defectos, y ante los nuevos desafíos, tras disponer del dominio del mar, encargaron un navío que fortaleciera la flota, ya gastada después de tantas operaciones. Se diseñó y encargó un buque revolucionario en su tipo, todo un hito en la estrategia naval. El Crucero Protegido Esmeralda fue lo más avanzado en buques de guerra. Fue el primer crucero acorazado, que cambió el concepto de buque veloz y poderosamente armado. Construido en el astillero Armstrong, fue lanzado al agua en 1883. Desarrollaba la impresionante velocidad de dieciocho nudos, y había sido pensado para la custodia y ejercicio de la soberanía chilena en toda su extensión. Pero, además era capaz de proyectar el poder naval mucho más allá, como cuando fue enviado a mostrar presencia en la tensión entre Panamá y Colombia, tema sensible a los intereses marítimos chilenos. El temible crucero Esmeralda estuvo diez años en servicios para la Armada, pero, tras una evaluación acerca de su acelerado deterioro, se determinó ponerlo a la venta.
Volvamos al escenario oriental. Tokio observaba con alarma las bravatas y exhibiciones de poder de la armada rusa, que se paseaba todo el año por aguas inmediatas a Japón. Hacia 1893, comenzaban preliminares entendimientos con Inglaterra, por lo que decidió aumentar su flota con unidades usadas. Entonces, dio orden a sus embajadas que buscaran buques de primera línea. Así, apenas se supo de la venta del crucero Esmeralda se interesaron. Chile, país respetuoso de los tratados, no pudo vender la nave porque Japón estaba en estado beligerante con China. Entonces, los agentes japoneses pidieron a Ecuador que adquiriese el navío, para después a través de negociaciones en que no participó ningún chileno, fuese traspasado a la marina japonesa. La operación se realizó y el buque fue rebautizado como Idzumi, aunque a veces se le cita como Izumi, o Itzumi y también Izumo.
El Idzumi tenía un problema muy de la época. El nivel de desarrollo de la industria siderúrgica no había producido aceros navales capaces de resistir bien la corrosión; ni existían los tratamientos, pinturas y antióxidos que hay hoy. Y como ese crucero tenía la cubierta muy baja, y por su gran velocidad se clavaba en la mar gruesa y las olas barrían la cubierta, el ex-crucero Esmeralda estaba bastante oxidado. Pero, los japoneses eran artesanos ingeniosos. Lo pulieron, remozaron, alivianaron un poco emplazando armamento más liviano pero de tiro rápido. Quedó algo más alto, pero compensaron la masa perdida con otros procedimientos de ingeniería y hasta le mejoraron la estabilidad. Fue muy bien integrado a la marina japonesa como nave sólida y rápida. Y ese crucero, el Esmeralda, que había paseado la bandera chilena desde Panamá a los mares australes; que hizo el traslado de Iquique a Valparaíso de los restos preciosos de Arturo Prat y del valiente sargento Juan de Dios Aldea; ahora con bandera japonesa se remeció y recobró la carga de heroísmo heredado por tan glorioso nombre.
El Idzumi se destacó en la tremenda batalla de Tsushima y en todas las acciones de la guerra ruso - japonesa. ¡La gloria cubría a Japón, y había una Esmeralda en el medio de ese triunfo!.
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