El 4 de diciembre de 2024 Seúl vivió un episodio de caos político tras la repentina declaración de ley marcial por parte del presidente. Aunque esta medida duró solamente seis horas, su anuncio generó preocupación y resistencia en la ciudadanía, que percibió la acción como un intento de silenciar la oposición y afianzar su propio poder en un contexto de creciente crítica. El partido de oposición se encuentra en gestiones para destituir al Presidente.
CRISIS POLITICA COREA DEL SUR, COREA DEL SUR, LEY MARCIAL COREA DEL SUR, POLITICAS PUBLICAS ASIA PACIFICOEl 4 de diciembre de 2024 Seúl vivió un episodio de caos político tras la repentina declaración de ley marcial por parte del presidente. Aunque esta medida duró solamente seis horas, su anuncio generó preocupación y resistencia en la ciudadanía, que percibió la acción como un intento de silenciar la oposición y afianzar su propio poder en un contexto de creciente crítica. El partido de oposición se encuentra en gestiones para destituir al Presidente.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
El gobierno surcoreano enfrenta una creciente resistencia interna y un debilitamiento en su apoyo político, pues a medida que se desarrollan más manifestaciones, las tensiones al interior del partido de gobierno aumentan. Para conocer más detalles de esta crisis política que pone a prueba la fortaleza del sistema democrático surcoreano, lea la siguiente nota.
Un poco de contexto para comprender
Para el miércoles 4 de diciembre de 2024, la capital surcoreana recuperó la calma tras una caótica jornada marcada por la confusión provocada por la abrupta declaración de ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol. Aunque duró apenas seis horas, la forma como fue anunciada provocó indignación en la ciudadanía, ya que a través de un discurso televisado, el líder se justificó aludiendo a la existencia de fuerzas antiestatales en el Legislativo y a amenazas provenientes de Corea del Norte.
Una nota de Frances Mao y Jake Kwon de la BBC afirmó que apenas se hizo el anuncio fue evidente que la medida estaba más relacionada con sus problemas políticos internos que con amenazas externas. Cabe destacar que Yoon asumió el cargo en mayo de 2022 como un conservador de línea dura que ha enfrentado una creciente resistencia desde abril, cuando el partido opositor ganó las elecciones generales.
Desde entonces, su gobierno ha mostrado dificultades para aprobar proyectos de ley y, en su lugar, se ha limitado a vetar iniciativas aprobadas por la oposición. Para Choe Sang-Hun en una publicación del The New York Times, la declaración de la ley marcial representó su jugada política más arriesgada en un contexto de creciente frustración.
A raíz de esta declaración, la situación se tornó crítica cuando una multitud de ciudadanos se tomó las calles exigiendo la destitución de Yoon. A medida que la tensión aumentaba, los legisladores de oposición intentaron impedir el ingreso de tropas armadas -invocadas por la ley marcial- al edificio de la Asamblea Nacional, utilizando muebles y extintores como barricadas.
Esta respuesta fue emblemática porque demostró el descontento generalizado y una resistencia a lo que muchos percibían como una medida para silenciar la disidencia. Sin embargo, la reacción al interior de las fuerzas políticas oficialistas fue rápida, ya que miembros del propio partido de Yoon, el Partido del Poder Popular (PPP), se mostraron reacios a respaldar su medida, y su jefe de gabinete ofreció renunciar, según relata una publicación en El País.
A las pocas horas de anunciar la ley marcial, Yoon tuvo que retractarse públicamente, convirtiendo su declaración en uno de los episodios más breves y extraños de este tipo en la historia moderna de Corea del Sur.
Una ley marcial poco clara y sus consecuencias política
La invocación de la ley marcial otorga poderes extraordinarios al ejército, al mismo tiempo que suspende temporalmente los derechos civiles y las normas del Estado de Derecho. Esta decisión no cayó bien en los partidos de oposición ni en la ciudadanía, quienes han planteado interrogantes sobre la salud democrática del país, especialmente en una nación que ha luchado por construir una democracia sólida tras décadas de dictaduras militares.
En efecto, la situación política está más complicada aún, ya que el miércoles 4 de diciembre, los partidos opositores presentaron un proyecto de destitución contra el presidente Yoon Suk Yeol, argumentando que la declaración ley marcial era inconstitucional. Para que esta moción prospere, necesitarán el apoyo de al menos dos tercios de la Asamblea Nacional, lo que implica conseguir al menos ocho votos del oficialista Partido del Poder Popular (PPP).
Cabe destacar que el proceso de destitución en Corea del Sur es relativamente directo, ya que se requiere el respaldo de más dos tercios de los 300 miembros de la Asamblea Nacional. Si se aprueba la moción, se llevará a cabo un juicio ante el Tribunal Constitucional. Si seis de los nueve miembros del tribunal votan a favor de mantener la destitución, el presidente será removido de su cargo.
Por lo tanto, este escenario representa una posible ruptura significativa en la política surcoreana y plantea preguntas sobre el futuro del liderazgo de Yoon. La resistencia interna dentro de su propio partido junto con el descontento generalizado en la población sugieren que el presidente enfrenta dificultades difíciles de superar.
Precisamente, la forma cómo se pueda dar su salida fue analizada por Camilo Aguirre, coordinador del Programa de Estudios Coreanos de la Universidad de Chile, para quien hay gran incertidumbre respecto al futuro. “Existe un consenso entre diversos actores políticos acerca de que el presidente Yoon Suk Yeol debería renunciar, pero la cuestión es cómo se gestionará su salida. Recientemente, anunció que no tiene intención de dimitir, lo que podría prolongar el proceso de acusación constitucional, similar al que tuvo lugar en 2016-2017 con la presidenta Park Geun-hye. Aunque la mayoría de la población desea que Yoon Suk Yeol se retire, queda por ver cómo se maneja esta situación”, explicó.
En relación a la adopción de la ley marcial, afirmó que las razones que presentó el presidente Yoon para invocarla aún no están del todo claras. “De hecho, la Corte Suprema está investigando la legalidad de esta medida. Él justificó su decisión acusando a la oposición de interferir en el Gobierno, utilizando tácticas como obstrucciones al presupuesto o acusaciones constitucionales contra funcionarios cercanos. Según sus propias palabras, consideró a la oposición como anti-estatal y pro-Corea del Norte, viéndolos como una amenaza que justificaba la aplicación de esta ley”, agregó.
”Las denuncias son solo la punta del iceberg”
Para Camilo Aguirre es cierto que existen denuncias de corrupción contra Yoon Suk Yeol, muchas de las cuales intentaron ser investigadas. “Él las frenó usando su derecho de veto presidencial. Sin embargo, estas investigaciones son solo la punta del iceberg. Se ha generado tensión, especialmente por la gestión de crisis del Gobierno, como la estampida en Itaewon que causó la muerte de cientos de jóvenes y también de un marino surcoreano que perdió la vida al intentar ayudar a las víctimas de una inundación sin portar un chaleco salvavidas. La falta de colaboración del presidente en estas indagaciones ha generado frustración no solo en la oposición, sino en amplios sectores de la sociedad surcoreana”, sostuvo.
De esta manera, manifestó que a corto plazo se reactivarán las protestas. “Manifestaciones diarias en la Plaza Central de Seúl, donde los ciudadanos portarán velas. Esto puede convertirse en una guerra de desgaste, ya que el presidente Yoon al levantar la ley marcial no hizo autocríticas ni asumió responsabilidad alguna. Simplemente cumplió con lo que dictaba la Constitución al reconocer el resultado de la votación en la Asamblea Nacional. Ahora que ha anunciado que no renunciará, es probable que asistamos a un prolongado desgaste antes de avanzar hacia un proceso de acusación constitucional y su eventual destitución”, sentenció.
Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl
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