Imagínese que un día simplemente no pueda encender la TV o el computador, ya que no hay luz eléctrica, y no porque no ha pagado la cuenta, sino porque no se puede generar más ante una creciente demanda energética tanto industrial como domiciliaria. Un país entero puede paralizarse. Ese es el miedo que existe en Chile ante las escasas lluvias, con embalses y represas vacías, más los problemas del suministro de gas desde Argentina. El fantasma del racionamiento se asoma. En ese mismo predicamento está China, con la salvedad que sus fábricas abastecen al mundo.
NoneImagínese que un día simplemente no pueda encender la TV o el computador, ya que no hay luz eléctrica, y no porque no ha pagado la cuenta, sino porque no se puede generar más ante una creciente demanda energética tanto industrial como domiciliaria. Un país entero puede paralizarse. Ese es el miedo que existe en Chile ante las escasas lluvias, con embalses y represas vacías, más los problemas del suministro de gas desde Argentina. El fantasma del racionamiento se asoma. En ese mismo predicamento está China, con la salvedad que sus fábricas abastecen al mundo.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Imagínese que un día simplemente no pueda encender la TV o el computador, ya que no hay luz eléctrica, y no porque no ha pagado la cuenta, sino porque no se puede generar más ante una creciente demanda energética tanto industrial como domiciliaria. Un país entero puede paralizarse. Ese es el miedo que existe en Chile ante las escasas lluvias, con embalses y represas vacías, más los problemas del suministro de gas desde Argentina. El fantasma del racionamiento se asoma. En ese mismo predicamento está China, con la salvedad que sus fábricas abastecen al mundo.
Según Manuel Agosin, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, en estos instantes estamos pasando por un período bastante dramático de escasez de energía en el mundo, pero eso no va hacer para siempre, confiando en que se generarán tecnologías que solucionaran este problema.
Mientras en Chile, el ministro de Energía Marcelo Tokman señala que los costos de esta escasez lo pagan los consumidores ante el alza de las tarifas, también indica que recién para el año 2010 debería verse una solución con los planes de gas licuado natural (GNL).
Por lo pronto, la solución más rápida es el petróleo y el carbón, pero la reducción de sus reservas, su elevado precio y la fuerte contaminación que producen implican graves problemas. De hecho China se ha convertido en el segundo país más contaminante del planeta, tras Estados Unidos, debido al uso de estas fuentes energéticas, por lo que se ve obligada a buscar alternativas.
En China, el consumo energético ha crecido en un 10% anual entre 2000 y 2005, más de dos veces por encima de la tasa anual de las dos décadas anteriores, mientras el carbón produce el 70% de energía, generando altas emisiones de dióxido de carbono (Co2).
La preocupación medioambiental ha hecho surgir un discurso un tanto pesimista de parte de muchos sectores, pero Agosin señala que no hay que ser tan negativo, pues no se puede proyectar al futuro la situación tal y como es hoy, pues hay muchos ejemplos de que la ciencia y la tecnología pueden cambiar el curso de los acontecimientos. “Hay que pensar que en el siglo XIX se pensaba que si las ciudades seguían creciendo terminaríamos llenos de bosta de caballo, y eso no ocurrió. Y lo más probable es que pase algo parecido, de que el mundo no se va ahogar en dióxido de carbono”, dice.
De hecho el gobierno chino ya está pensando en otras fuentes. Como la energía nuclear, que según los planes de Beijing llegará a cubrir el cuatro por ciento de la demanda interna energética. El reto no es sólo reducir sus altos índices de contaminación, sino alimentar a su enorme industria, cada vez más vital para la economía mundial.
Agosin señala que todas estas tecnologías como la eólica o la solar están en etapas experimentales. Aunque existen pequeñas ciudades que se alimentan de este tipo de fuentes, estamos en los albores de esa revolución tecnológica, incluso agrega que los biocombustibles también son una alternativa, de manera que son muchos los que están investigando y desarrollando proyectos que solucionen el problema energético, pues los negocios vinculados son altamente atractivos.
Así es como en China y se han generado otros proyectos de sistemas de energía solar, que ya están beneficiando a 400.000 familias rurales en las provincias noroccidentales. También hay plantas eólicas, como el de de la isla de Pingtan, frente a las costas de Fuzhou, donde gracias al viento los molinos generan seis mega watts. También existen plantas de biomasa alimentada por paja en fase de construcción en la provincia de Jiangsu.
A finales de 2006, China tenía un centenar de parques eólicos, con una potencia acumulada de 2,64 giga watts GW, los cuales deberían aumentar el 2010 a 30 GW.
Para Agosin, la capacidad inventiva china será capaz de generar nuevas tecnologías que soluciones sus problemas energéticos. Algo que debería imitarse en Chile. "Estamos en la cola de los países innovadores y debe buscarse tanto soluciones inmediatas, que son a través de plantas hidroeléctricas, nucleares o plantas GNL, pero también las de largo plazo, como lo serían las fuentes alternativas. Ese ahora hay que resolverlo ahora, no mañana. No tenemos suficiente gente que está trabajando, el ministro Tokman, que es muy bueno, con gran calidad como técnico, pero esta muy sólo y hay que apoyarlo mucho más”, concluye el experto.
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