(Por Gonzalo Retamal)* En los últimos años Asia ha tomado una relevancia sustancial en Latinoamérica con sus propias producciones televisivas que he ido desarrollando en columnas anteriores. Y como agentes culturales que se consideran estas producciones creo que es preciso detenernos en un silencioso pero apresurado aparataje dramático que surge desde la televisión tailandesa como son las series BL (BoysLove)
COMUNIDAD LGBTQ, CULTURA TAILANDESA, GONZALO RETAMAL, COLUMNA RED ASIA PACIFICO, SERIE TAILANDESA(Por Gonzalo Retamal)* En los últimos años Asia ha tomado una relevancia sustancial en Latinoamérica con sus propias producciones televisivas que he ido desarrollando en columnas anteriores. Y como agentes culturales que se consideran estas producciones creo que es preciso detenernos en un silencioso pero apresurado aparataje dramático que surge desde la televisión tailandesa como son las series BL (BoysLove)Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
La televisión tuvo sus primeros intentos por allá en los años 25 del siglo pasado. Con cierta rusticidad que significa un primer intento, la televisión fue sofisticándose cada vez más en su tecnología. En ella se podía transmitir con imágenes las noticias que acontecían en el mundo entero sin la necesidad de estar en el lugar. Si bien este aparato no fue de masiva producción para todos los hogares del mundo, sí marcó un antes y un después en las comunicaciones del mundo. Comenzando prontamente a ingresar otro tipo de transmisiones como series animadas, películas y teleseries.
En América Latina, las teleseries son un soporte fundamental para el entretenimiento de las poblaciones, y como base sustantiva de informaciones, estas producciones conscientes e inconscientemente fueron creando un imaginario social sobre temas culturales. Los actores involucrados caracterizaban hechos dramáticos contextualizados a sus respectivos países y que tuvieron gran popularidad en la audiencia, teniendo a México, Venezuela y Brasil como sus grandes referentes sudamericano. Mucha agua ha corrido bajo el puente y en la actualidad la televisión a debido adaptarse a nuevas modalidades, sean estas streaming o transmisiones enlazadas con redes sociales o YouTube.
Además, las producciones locales se ven acompañadas por una industria enorme de alto costo desde Europa o Estados Unidos, pero que, sin embargo, en los últimos años Asia ha tomado una relevancia sustancial en Latinoamérica con sus propias producciones televisivas que he ido desarrollando en columnas anteriores. Y como agentes culturales que se consideran estas producciones creo que es preciso detenernos en un silencioso pero apresurado aparataje dramático que surge desde la televisión tailandesa como son las series BL (BoysLove). Para muchos, quizás, les puede parecer una novedad, y de una extrañeza absoluta, pero no lo es para millones de consumidores jóvenes de estas series en todo el mundo. Con productoras encargadas de crear y adaptar literatura en live action, las series BL enfatizan en las no muy alejadas escenas cliché de amor entre heterosexuales vistas en nuestra infancia con teleseries latinoamericanas.
Pero que en esta ocasión se trasladan a un contexto social diferente. Una por su posición geográfica y cultural distante de nuestra a la chilena, por ejemplo. Y dos porque trata de relaciones amorosas entre hombres jóvenes (particularmente universitarios). Lo interesante de este análisis es que dichas producciones están constantemente abordando temas muy cotidianos que evidencia la juventud. Desilusiones amorosas, amores ficticios, desamor, el chico malo, entre otras características no muy distintas a la ya visto (Hanadultak).
Entonces, ¿Qué hace que estas series como 2gether: the series tengan tanta popularidad? Solo por mencionar algunos datos, este drama en particular obtuvo trending topics en Tailandia, Filipinas y otros países antes y durante la transmisión de la serie con cerca de un millón de tweets. Estados Unidos, Chile, Perú y Argentina entre los mayores consumidores de series BL por vía legales y por otros medios superaría los cálculos analizados. Pueden ser muchas opciones que llevan a los consumidores a ver dichas series, y podemos lanzar solo algunas vagas ideas. Una es la amplitud de las redes sociales, YouTube y otras señales que permiten que más personas puedan verlas. Dos, la mentalidad occidental abre paso a la visualización (sin prejuicios ni odios) a series que se enmarcan dentro de la comunidad LGTBIQ+. Tres, una necesidad del público expectante de dar la posibilidad que todas las diversidades puedan expresarse por medio de series, artes, literatura etc, sin el preámbulo absurdo de estar separando que esta serie es para uno u otro grupo. Este tipo de producción es casi nulo en Chile. No solo las artes escénicas viven una crisis nunca vista, sino que también la cultura de forma general.
Para culminar, este esbozo cabe de dar una advertencia necesaria y prudente. Si bien para Cona Burton las series BL aplican el concepto de “laorn nam nao” que significa exagerar la realidad, con hechos dramáticos muy intensos, hay que mencionar que al igual que Hanadultak y Burton no podemos permitir naturalizar ciertos romanticismos basados en relaciones tóxicas que este tipo de series entregan. Se debe, entonces, imperiosamente educar al respecto y además repetir e informar que estas series son ficciones y como ficciones se debe hacer una diferencia con nuestra realidad, aunque muchas veces la realidad lo supera.
*Gonzalo Retamal (Gialik) es poeta, profesor de Historia y Ciencias Sociales y Candidato a Doctor en Literatura Hispanoamericana Contemporánea. Miembro de Aladaa Chile, PEN Club y GIIA-UPLA. Fundador del “Espacio Cultural Waves”.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento del Observatorio Asia Pacífico BCN”.
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