Nació en Santiago, el 25 de febrero de 1785. Hijo de Carlos Rodríguez de Herrera y Zeballos y María Loreto de Erdoyza y Aguirre. Hermano de Carlos Rodríguez.

Realizó sus primeros estudios en el colegio Convictorio Carolino de Santiago. Más tarde, siguió estudios superiores en la Real Universidad de San Felipe y se recibió su doctorado en Leyes en 1804, el mismo año en que se recibió de abogado por la Real Audiencia.

En 1810 comenzó a manifestar sus simpatías hacia las causas revolucionarias, en la cual se uniría a su compañero de colegio José Miguel Carrera.

En mayo de 1811 fue nombrado procurador del Cabildo de Santiago.

Fue secretario de Guerra (15 de noviembre de 1811 al 13 de julio de 1812) y de Gobierno (2 de diciembre de 1811 al 10 de enero de 1812) en la Junta Provisional de Gobierno de José Miguel Carrera, además de su secretario personal.

Secretario de Gobierno y Hacienda, entre el 10 de agosto y el 2 de octubre de 1814, en la Junta de Gobierno.

En la administración de Bernardo O'Higgins integró el Directorio Supremo con el grado de teniente coronel.

Tras la batalla de Rancagua, en 1814, emigró a Mendoza. Su función consistió fundamentalmente en el traspaso de información acerca del estado de las tropas realistas. Asimismo, su misión era realizar acciones de distracción que indicaran que el grueso del Ejército de Los Andes cruzaría la cordillera por el paso del Planchón, provocando así una desconcentración de aquellas tropas, que en su mayoría se encontraban acuarteladas en la Zona Central.

Organizó el escuadrón de caballería "Húsares de la Muerte". Junto a José San Martín, vencieron en la batalla de Maipú (5 de abril de 1818), la cual consolidó la Independencia de Chile.

Hilarión de la Quintana, Director Supremo interino en ausencia de O'Higgins, ordenó su detención acusándolo de preparar una conspiración en favor de José Miguel Carrera. Tras algunos meses en prisión, fue liberado por orden del general San Martín, quien lo nombró auditor de guerra del Ejército.

En abril de 1818 fue acusado de "carrerismo" y de realizar intentos anárquicos. Estuvo preso en el cuartel de San Pablo hasta el 25 de mayo de 1818. Mientras lo trasladaban a la cárcel de Quillota, fue fusilado al día siguiente en la cercanías de Tiltil, en un sitio que se conoce popularmente como Cancha del Gato. Sus restos fueron trasladados al Cementerio General de Santiago el 25 de mayo de 1895.