Historia de la Constitución y de las Propuestas de Nuevas Constituciones
Convención Constitucional
- Sesión N° 8 Comisión de Normas Transitorias
- Celebrada el 2022-05-26
- Legislatura Convención Constitucional
Autora(or)(es)
Índice
Intervención en Comisión
Coordinación:
Se ofrece la palabra a los demás colectivos para hacer uso de los diez minutos para su exposición de sistemas de normas transitorias que han diseñado para esta ocasión. Aún tenemos pendiente la exposición de los siguientes colectivos: Somos Región, Independientes RN-Evópoli, Unidos por Chile, Un Chile Unido y Chile Libre.
Tiene la palabra el convencional Cristian Monckeberg.
Monckeberg:
Estimados y estimadas, quería señalar varios comentarios. Yo no presenté indicaciones. Entonces, mi intervención y mis reflexiones -voy a tratar de ser breve- no van en ese sentido, sino en el de referirme a algunas materias que se han ido planteando y que también son importantes de ir precisando.
Lo primero, lo que dice relación con el quorum de dos tercios para reformar la Constitución en ese período como intermedio. Hay varias reflexiones que hay que hacer en torno a ese tema y es bueno dejarlas también planteadas en el debate.
Lo primero, cuando uno pone quorum altos y le gustan los quorum altos, puede deberse a diferentes razones, que pueden ser todas muy legítimas. Una puede ser que estoy enamorado de mi proyecto y no quiero que me lo cambien; creo que es lo mejor del mundo y que todo lo que venga después va a ser peor, por lo cual no quiere que se cambie.
Otra razón puede ser que mi proyecto no generó el suficiente, por lo cual sé que corre el riesgo de modificaciones; por tanto, le pongo un quorum alto, le pongo un candado, un amarre para evitar ese cambio.
Todavía me acuerdo cuando, en los términos del gobierno del general, en la dictadura, se hablaba por parte de la oposición de la época de las leyes de amarre, de la Constitución candado. Hoy se empiezan a repetir los mismos argumentos.
La Constitución del 25, como ustedes saben, tuvo muy pocos cambios, muy pocas modificaciones, porque surgió en torno a un cierto consenso, distinto del proceso actual, y tenía una norma de cambios, de reformas constitucionales, que era la mayoría de los parlamentarios en ejercicio. Y sufrió muy pocas modificaciones por lo mismo; pero tenía un quorum que creía en la deliberación, que creía en la democracia y confiaba en las generaciones que venían y no tildaba de antidemocráticas a las generaciones que venían.
Porque si yo le pongo o establezco un quorum de dos tercios para este Congreso que está hoy día vigente, en el fin, con la justificación de que eso sería proteger a la democracia es el argumento esencialmente al revés; porque, sin ir más lejos, este Congreso que hoy día está vigente fue elegido después de esta Convención. O sea, si hablamos de legitimidad democrática, tiene una legitimidad democrática más reciente que la Convención a la cual pertenecemos. Se eligieron en noviembre los parlamentarios, y de ellos estamos dudando que cuando recuperen la posibilidad de hacer ajustes a esta nueva Constitución, si se aprueba el 4 de septiembre, les estamos negando, vetando la posibilidad de hacerlo porque los tildamos de antidemócratas por pretender siquiera pensar en hacer ajustes a esa nueva Constitución, de aprobarse esta.
Entonces, también es bueno poner en contexto estos argumentos, porque, efectivamente, eso es lo que está ocurriendo.
A mi juicio, yo creo que lo que hay acá es que esta Constitución, esta propuesta de Constitución es producto de un consenso circunstancial que se da dentro de esta Convención, de mayorías circunstanciales que se dan dentro de esta Convención; pero que claramente no nos interpretan a todas y a todos los que estamos acá; y afuera también. Y, por lo tanto, frente a la posibilidad mínima de que alguien la pueda cambiar, hacer un pequeño ajuste, le digo que no, y le pongo un quorum alto. Esa es la verdad. Porque los mismos que no nos gustan los quorum altos ayer, hoy día sí me gustan, que es el argumento al revés, porque aquí en este mismo Parlamento había varios, en esta misma sede del Congreso Nacional, que andaban promoviendo modificaciones vía Reglamento para bajar el quorum que venía establecido para que funcionara esta nueva Convención. Y hoy día nos aferramos a esos nuevos quorum altos.
Entonces, reflexionemos bien para los dos lados: o hay dobles estándares para los dos lados o hay acomodos para los dos lados y argumentos para los dos lados.
Lo que sí está claro es que dos tercios es una norma que cuesta alcanzar y que definitivamente es producto, a mi juicio, del temor a que me cambien mi obra; y, evidentemente, ese temor a que me cambien mi obra es producto, a mi juicio, también, de que no genera un consenso necesario.
Una segunda reflexión y rápida, porque evidentemente el tiempo pasa, es la implementación.
Si esta implementación de seis meses, dieciocho meses, un año, dos años, se llega a aprobar como se pretende, hay que notificar a la ciudadanía y al Gobierno que se acaba el Gobierno en torno a lo que es precisamente gobernar de acuerdo a una propuesta que acaba de ser votada por la ciudadanía mayoritariamente, que es un programa de gobierno y un proyecto político.
¿Por qué? Porque va a tener que dedicarse el Gobierno precisamente a implementar esta nueva Constitución. Y nada más que eso. Porque los plazos que se están imponiendo, los cortos plazos que se están imponiendo, van a obligar precisamente a eso al Congreso y al actual Gobierno. Puede ser bueno; puede ser malo; no sé. A mí no me gusta porque el Gobierno tiene que sacar su agenda adelante. No voté por ese Gobierno; pero tiene que sacar su agenda adelante.
Respecto de esto escuchamos al ministro Jackson cuando fue a Antofagasta y nos comentó que, efectivamente, es llevarlos a que su objetivo de aquí en adelante sea sacar e implementar adelante esta nueva Constitución, que puede conversar con su programa de gobierno, que puede no conversar, o puede no ir de la mano con su programa de gobierno en algunos aspectos.
Entonces, va a tener que dedicarse el gobierno exclusivamente a eso. Y lo que he señalado en varias oportunidades, que también es bueno tenerlo presente es que las implementaciones de golpe, efectivamente, muchas veces no resultan. Si yo logro cambios importantes, transformaciones importantes como las que la ciudadanía quiere, no es buena sugerencia pretender implementarlas de golpe y con la inmediatez que muchos pretenden acá, porque, precisamente, muchas veces esa inmediatez complota contra la buena ejecución.
El mejor ejemplo lo di hace algunas semanas, también en Antofagasta; no gustó. Es el Transantiago, una tremenda política pública, que muchos soñamos que iba a ser una maravilla; se soñó. Me acuerdo que se decía que iba a funcionar tiqui-taca, por un ministro de Hacienda que hoy día está, si no me equivoco, haciendo clases en Inglaterra. Esa fue la evaluación que hizo, tiqui-taca, y miren cómo funcionó.
¿Por qué?, porque se hizo de golpe. Nos acostamos un día con una micro amarilla y al día siguiente nos levantamos con una micro multicolor. Todavía le está costando un caudal de plata a la Región Metropolitana y a todo el resto del país, con cargo al presupuesto de la nación.
Lo último que quiero fijar, como reflexión final simplemente, es esta fórmula de pretender implementar, vía decreto. Se trata de entregarles a organismos autónomos la implementación de ciertas normas, y si estas no se aprueban, al Presidente. Una vez transcurrido el plazo que, simplemente, apruebe y lleve adelante legislación. Eso sí que me parece que es peligroso y antidemocrático, sobre todo cuando yo entrego esto a organismos autónomos.
Los organismos autónomos son organismos de contrademocracia, de antidemocracia; gozan de autonomía distinta a la de los tres poderes clásicos del Estado, y se les entrega para que, dadas ciertas características y funciones, cumplan su rol. Sin embargo, pretender entregar ciertas materias a ciertos servicios, como al Servel, la elaboración de una propuesta de diseño electoral, siendo un organismo necesariamente técnico, autónomo, es un cheque en blanco gigante.
No tengo ninguna desconfianza en quienes están ahí de consejeros y consejeras, no sé cuál es su pensamiento, etcétera, pero creo que es un cheque en blanco.
Por ello, prefiero agotar todas las instancias democráticas –esa instancia es el Parlamento- para implementar políticas públicas que puedan venir señaladas y diseñadas desde la propuesta de nueva Constitución.
Esas eran, Coordinadora y Coordinador, mis reflexiones en estas materias. Simplemente, no firmé, no suscribí indicaciones. Nuestro sector presentó indicaciones porque no se necesitaban más que 32, pero efectivamente, quería hacer puntos políticos y de reflexión en estas materias. Ojalá que de algo sirvan para las votaciones de la tarde, y si no, que sirvan para la posteridad. Gracias.